Cuentan que en la Guadalajara colonial llegó un hombre muy rico de Europa, quien todas las noches salía vestido de negro y con una actitud misteriosa. Se llamaba Don Jorge.
Cada vez que salia aparecían animales muertos, los cuales empezaron a convertirse en humanos. La gente asustada decidió salir en busca del causante, cuando cerca del Panteón de Belén, escucharon gritos. Eran de Don Jorge, atacando con su boca el cuello de un hombre.
La gente lo persiguió, pero él logró escapar, así que el cura de Guadalajara lo fue a buscar a su hacienda, para hacerle un exorcismo. El Vampiro juró vengarse cuando en eso alguien le clavó una estaca en el pecho.
Al morir, lo enterraron en el mismo Panteón de Belén. Pero lo extraño sucedió cuando un árbol empezó a crecer por encima de la lápida de Don Jorge, misma que se rompió. La leyenda dice que el día en que el árbol, sea derrumbado o que las raíces rompan por completo la lápida, Don Jorge el vampiro, regresará para llevar a cabo su venganza.
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